lunes, 14 de julio de 2008

NOTAS SOBRE LOS CASTROS DE VIGO (ANEXO)

Como había comentado, al iniciar la reproducción del artículo que ocupó los seis últimos comentarios en este blog, paso ahora a actualizar de alguna manera algunos datos, que debido al tiempo que ha pasado desde su publicación hasta hora, se han completado y otros han añadido nuevas aportaciones sobre los emplazamientos castreños en Vigo.
Por un lado podemos apuntar que los dos castros que sitúabamos en Coruxo, referidos al Monte de San Lourenzo y O Penedo, pueden tratarse del mismo poblado, aunque por el mal estado de conservación que presentan en la actualidad, nos llevara en el citado estudio a considerarlo separados. Analizando la distancia de los mismos y las importantes labores de cantería llevadas a cabo en el lugar, podemos apuntar que puede tratarse del mismo asentamiento pero que no recuerda para nada su configuración primitiva.
Por otro lado, el castro de monte das Cruces, al haber llegado hasta nosotros también muy reducido y disminuido por las acciones marinas ( como es frecuente en otros casos de castros costeros, como, Fazouro, Valdomiño,..), por los materiales que nos ha aportado, claramente romanos y lo que vemos en la actualidad, podría tratarse de algún otro tipo de asentamiento, posiblemente datable en época romana. Podíamos estar delante de un caso de enclave de villa romana, similar al que tenemos documentado en la playa de Sobreira. Todo ello con las máximas reservas hasta que se realicen los estudios arqueológicos correspondientes.
También tenemos que hablar, brevemente de los dos castros "nuevos" que no contabamos con ellos en el momento de la publicación del mencionado trabajo. Me refiero al denominado "Castro de A Mina", en Castrelos ( que aunque se tenía constancia de él, no se habían encontrado restos estructurales pétreos ) y el recientemente excavado parcialmente del "Castro da Punta do Muiño", en Alcabre, en donde se ubica el Museo do Mar de Vigo.
Del castro de "A Mina" como comentamos ubicado en la parroquia de Santa María de Castrelos, situándose a sus pies ( hacia el poniente) la iglesia románica, auténtica joya medieval viguesa, ya se tenían algunas referencias verbales sobre sus restos defensivos castreños y se habían encontrados escasos hallazgos cerámicos de dicha época (como mencionamos más arriba), pero sólo fue hace unos diez años, cuando se pudo documentar una construcción de planta circular, excavada en parte por furtivos y que presenta un buen y cuidado aparejo poligonal y conserva una buena altura de muros. El emplazamiento de esta estructura castreña está orientada hacia su ladera Oeste, con una espléndida panorámica de la ría de Vigo.
Por ultimo, el castro de "A Punta do Muiño ", fue localizado al realizarse los primeros trabajos para la construcción del Museo do Mar, en la parroquia viguesa de Santa Eulalia de Alcabre en el 2001. Como resultado de las excavaciones arqueológicas realizadas en el mismo, fue el descubrimiento de varias construcciones castreñas, que nos dan una cronología amplia, que va desde el siglo VI al I antes de Jesucristo, aproximadamente. Fue importante el hallazgo de un pequeño depósito de hachas de bronce y sobre todos unos "cipos" conservados "in situ" que nos hablan de las relaciones de la fachada atlántica con el sur de la península ibérica. Todo el conjunto de cerámicas indígenas e importadas, así como por los objetos de adorno de bronce, como colgantes, fíbulas,... recuerdan los materiales arqueológicos similares localizados en el castro de la ísla de Toralla, con el que debemos de buscarle el paralelismo mayor en relación a los demás castros vigueses.
Como podemos deducir de los expuesto en los últimos comentarios publicado en este blog, sobre el tema de los poblados castreños en el "Val do Fragoso", la densidad y la dispersión de estos yacimientos por todo el territorio del término municipal, es extiende a los municipios limítrofes, poseyendo cada uno de ellos, un castro emblemático en sus zonas limítrofes con el ayuntamiento de Vigo. Debemos recordar, por ejemplo, el castro de Negros, en Redondela; el castro de Erville, en Mos; o los castros de Chandebrito o el de Priegue, en Nigrán.
Nota.- En la fotografía que ilustra este comentario, vemos las construcciones pétreas localizadas y consolidadas "in situ" del castro de "A Punta do Muiño" en Alcabre. Como podemos observar, otras estructuras del poblado se internan por debajo de las edificaciones del museo y que nos informa con ello que todo el espacio, correspondería a la extensión del yacimiento castreño citado.

NOTAS SOBRE LOS CASTROS DE VIGO ( y VI )

CONCLUSIONES

Después de este breve análisis de los asentamientos castreños en el valle del Fragoso, se pueden intuir unas ciertas conclusiones que quedan pendientes de confirmación mediante las respectivas excavaciones arqueológicas que arrojen algo de luz sobre los diferentes aspectos.

Hay que señalar, que de 27 castros existentes en el valle, solamente han sido excavados con mayor o menor intensidad los siguientes: Castro de Vigo, Castro de O Piricoto, Castro de Toralla, Castro Castriño (Coia) y Torres de Padín. De estos únicamente falta por publicar los resultados el Castro de O Piricoto, no obstante existe un informe preliminar de los sondeos realizados en 1992 que arrojan algo de luz sobre su cronología, la cual en ningún caso sobrepasaría el cambio de Era. De los otros cuatro, el que más datos aporta es el castro de Vigo, objeto de numerosas actuaciones y que constituye el yacimiento más importante del valle del Fragoso. Su cronología más antigua sería del siglo II a. C. presentando su auge a finales del siglo III d. C. y principios del IV a. C. El castro de Toralla tampoco sobrepasaría el cambio de era, al igual que el de Torres de Padín, que al igual que Toralla, tiene una cronología bastante antigua, por último Castro Castriño, tendría una cronología más reciente a juzgar por los escasos datos aportados durante una actuación de urgencia llevada a cabo por la arqueóloga Rosa Paz Lobeiras.

Para el resto de los yacimientos, se hace necesario proseguir con las excavaciones previamente programadas y no con las de urgencia, que los datos que ofrecen son fragmentarios y a veces de los yacimientos que a nivel investigación no son tan prioritarios.

Así pues, las líneas de investigación futuras, pasan forzosamente por la realización de excavaciones en determinados yacimientos.

Del trabajo realizado se pueden obtener las siguientes conclusiones:

Los castros del valle del Fragoso tienen una dedicación un alto porcentaje a labores agropecuarias.

Otro gran porcentaje se relaciona con el mar y más concretamente con el comercio marítimo.

La ubicación de los castros el valle del Fragoso no es una elección fortuita, sino muy bien premeditada en función, primero de las tierras de cultivo (o medios de subsistencia), existentes en las cercanías, y segundo, estas tierras están vigiladas desde los emplazamientos, así como los accesos a las mismas.

Los castros existentes en el ayuntamiento de Vigo, están ubicados, 15 relacionados directamente con el valle y sus tierras y los otros 12 tienen sus miras en otras tierras, bien de valles menores o de otros ayuntamientos vecinos, también existen dos casos en los que su ubicación no responde al patrón de los castros agrícolas, estos dos castros (Chouzo y Alba), deberían ser estudiados a fondo con el fin de determinar su papel dentro de este territorio.

Se pueden agrupar los castros existentes en diferentes territorios, los cuales vendrían dados por la proximidad, límites naturales (ríos, montes), intersección de tierras de explotación agrícola y zonas totalmente vacías. Esta línea de investigación sin duda es muy interesante y a ella apuntan las más recientes investigaciones, pero queremos reiterar que en tanto no se excave más todo lo que se pueda decir son elucubraciones más o menos creíbles.

Otro dato que se apunta y que habría que comprobar con otros yacimientos, es que los castros costeros actúan como motor económico y de romanización de los restantes castros del valle.

Por último lo que se hace urgente desvelar es la cronología de todos y cada uno de los castros con el fin de hacer un análisis sincrónico y no diacrónico tal y como nos vemos obligados a hacer.

BIBLIOGRAFÍA.

ACUÑA CASTROVIEJO, F.

1979. “Vigo en la antigüedad”. Vigo en su historia, pp. 15-59. Publicación del centenario de la C.A.V.

AGRAFOXO PÉREZ, X.

1989 “O poboamento castrexo na rexión occidental da provincia da Coruña”. Santiago.

AIRA RODRÍGUEZ, Mª J. ; RAMIL REGO, P. y ÁLVAREZ NÚÑEZ, A.

1990 “Estudio paleocarpológico realizado en el Castro de Penalba (Campo Lameiro, Pontevedra, España”. Botánica Complutensis, 16. Madrid; pp. 81-89.

AIRA, MºJ;; SAA, P. y TABOADA, T.

1989 “Estudios paleobotánicos y edafológicos en yacimientos arqueológicos de Galicia”. Arqueoloxía/Investigación. Xunta de Galicia. Santiago.

ÁLVAREZ BLÁZQUEZ, J.M., HIDALGO CUÑARRRO, J.M. Y COSTAS GOBERNA, F.J.

1980. “Vigo arqueológico”. Publicaciones del Museo Municipal “Quiñones de León”, nº 2.

ARNANZ, A. M. y CHAMORRO, J.

1990 “Estudio de frutos y semilla procedentes de cuatro castros gallegos. Problemas en la interpretación de los resultados”. Comunicación presentada en Encontros sobre Paleoeconomía e Paleoambiente. Vila Nova de Famaliçao.

BOUHIER, A.

1979 La Galice. Essai geographique d’analyse e d’interpretation d’un vieux complexe agraire”. La Roche-sur-Yon.

CANO PAN, J. y VÁZQUEZ VARELA, J. M.

1991 “El aprovechamiento del mar en los castros costeros de Lugo (Galicia)”. Paleoecología y Arqueología, II. Vila Noya ve Famaliçao, pp 71-75.

CARBALLO ARCEO, L. X.

1986 “Povoamento castrexo e romano da Terra de Trasdeza”. Arqueoloxía/Investigación, 2. Xunta de Galicia. Santiago

1990 “Los castros de cuenca media del río Ulla y sus relaciones con el medio físico”. Trabajos de Prehistoria, vol. 47. Madrid; pp. 161-199.

1993 “Espácio e povoamento castrexo de Galiza”, en Concepcións espaciais e estartexias territoriais na Historia de Galicia. Asociación Galega de Historiadores. Santiago; pp. 52-82.

1996 “O espacio na cultura castrexa galega”. En: A Cultura Castrexa Galega a Debate. Instituto de Estudios Tudenses. Tuy. Pp. 107-138.

1996 “Os castros galegos: espácio e arquitectura”. Gallaecia 14/15. Santiago.

CARBALLO ARCEO, L.X. y LÓPEZ COTA, M.

1988 “A área de abastecimento de recursos pétreos na cultura castrexa: o caso do val do Deza”. Trabalhos de Atropología e Etnología, vol. XXVIII. Porto; pp. 275-290.

CARDOZO, M.

1973 “La culture des castros du Nord de Portugal”. Trabalhos de Antropología e Etnología, vol. XXII. Porto; pp. 261-282.

CRIADO BOADO, F.

1989 “Asentamiento megalítico y asentamiento castreño: una propuesta de síntesis”. Gallaecia, 11. Santiago; pp. 109-137.

CURRÁS PELETEIRO, X. L. y CANO PAN, J. A.

1995 “Aprovisionamiento de materias primas líticas en los castros de A Forca e Santa Trega (A Guarda, Pontevedra)”. 1º Congresso de Arqueología Peninsular, vol. VI. Porto; pp. 311-323.

ESPINOSA RODRÍGUEZ, J.

1949. “Tierra del Fragoso (Notas para la Historia de Vigo y su comarca)”.

FERNÁNDEZ-POSSE, Mª D. y SÁNCHEZ-PALENCIA, F.J.

1988 La Corona y el Castro de Corporales, II. Campaña de 1983 y prospecciones en la Valderia y la Cabrera (León)”. E.A.E., 153. Ministerio de Cultura. Madrid.

FERNÁNDEZ POSSE, Mª D.; SÁNCHEZ-PALENCIA, F. J.; FERNÁNDEZ MANZANO, J. y OREJAS, A.

1994 “Estructura social y territorio en la cultura castreña prerromana”. 1º Congresso de Arqueología Peninsular, vol IV (T.A.E., 34, fasc. 3-4). Porto; pp. 191-212.

FERREIRA PRIEGUE, E.

1988 Los caminos medievales de Galicia. Boletín Auriense, anexo 9. Ourense.

FILGUEIRA VALVERDE, J. e GARCÍA ALÉN, A.

1956. “Materiales para la carta arqueológica de la provincia de Pontevedra”. El Museo de Pontevedra, VIII.

1959. “Adiciones a la Carta Arqueológica de la provincia de Pontevedra”. El Museo de Pontevedra, XIII.

HIDALGO CUÑARRO, J.M.

1981. “El Castro de Vigo, noticia preliminar de las excavaciones de 1981”. Publicacións do Museo Municipal “Quiñones de León”, nº 5. Vigo.

1983. “Excavaciones arqueológicas en el Castro de Vigo”. Publicacións do Museo Municipal “Quiñones de León”, nº 6. Vigo.

1984. “El Castro de Vigo (Galicia)”. Arqueología, nº 10, pp. 143-145. Porto.

1984. “La romanización del Castro de Vigo: El comercio de inportación de cerámica fina romana”. Habis, nº 20, pp. 279-291. Sevilla.

1984. “Vigo, del paleolítico a la romanización. La prehistoria y la arqueología en la actualidad” Publicacións do Museo Municipal “Quiñones de León”, nº 7; pp. 71-103. Vigo.

1984-85 “Tipología de la cerámica del Castro de la Isla de Toralla (Vigo)”, Cuadernos de estudios gallegos, pp. 63-63-78, Santiago.

1985 “Castro de Vigo”. Arqueoloxía/Memorias, nº 1. Xunta de Galicia. Santiago de Compostela.

1985 “Campañas arqueológicas en el Castro de Vigo (1981-82-83)”. Actas del II coloquio galaico-minhoto, pp. 229-240. Santiago.

1985. “Excavaciones arqueológicas en el Castro de Vigo (Pontevedra). sus niveles de ocupación”. Actas del XVIII Congreso Nacional de Arqueología pp. 523-534. Logroño.

1985. “Aproximación a la prehistoria de Vigo (España)”. Revista da Sociedade Portuguesa de Antropología e Etnología. pp. 253-275.

1985. “El Castro de Vigo y el comercio atlántico en el Noroeste Peninsular”. Revista Guimarâes.

1985. “Protección, divulgación y excavación de un yacimiento urbano: El Castro de Vigo (España)”. I Encontro nacional de arqueología urbana, pp. 169-176. Setúbal.

1986. La Cultura Castreña y la Romanización de Vigo. España”. Revista de Ciencias Históricas da Universidade Portucalense., pp. 69-87. Porto.

1986. “Vigo arqueolóxico, da prehistoria á romanización”. Materiais pedagóxicos para investiga-lo medio, nº 6. Concello de Vigo.

1987. “Castro de Vigo. Campaña de excavaciones 1987”. El Museo de Pontevedra, pp. 145-146, Pontevedra.

1987. “Excavaciones arqueológicas en los castros de Troña y Vigo (España). Campañas de 1981-85”. Boletín cultural da Cámara de Vilanova de Famalicaçâo, nº7; pp. 25-62. Vila Nova de Famalicaçâo. Portugal.

1987. La Cultura castreña en Vigo”. Revista Castrelos, nº 0; pp. 91-113. Vigo.

1987. “Materiales arqueológicos del Castro de Vigo (España)”, Revista Setúbal arqueológica, pp. 167-192. Portugal.

1989. “El castro de Vigo y sus campañas arqueológicas. Consideraciones generales”. Actas del XIX Congreso Nacional de Arqueología.

1991. “Salas de arqueología del Museo Municipal “Quiñones de León” de Vigo (Galicia)” Arqueología nº 21, pp. 49-51. Publicacións do Grupo Arqueológico do Porto. Portugal.

HIDALGO CUÑARRO, J.M. y COSTAS GOBERNA, F.J.

1983. “Asentamientos castreños en los valles Fragoso y Miñor.” In II Seminario de Arqueología del Noroeste. (Santiago, setembro de 1980), pp. 121-165. Madrid: Ministerio de Cultura.

HIDALGO CUÑARRO, J.M. y RODRÍGUEZ PUENTES, E.

1988 “Dos modelos de hábitat castreño: Castro de Troña y Castro de Fozara”. Trabalhos de Antropología e Etnología, vol. 28. Porto. Pp. 133-144.

HIDALGO CUÑARRO, J. M. Y RODRÍGUEZ SOBRAL, J.M.

1993 “Vigo hai 2000 anos; a cultura castrexa”. Instituto de Estudios Vigueses. Serie Arqueoloxía Divulgativa, nº 1.

HIDALGO CUÑARRO, J.M. y VIÑAS CUÉ, R.

1992-93 “Nuevas cerámicas romanas de importación del Castro de Vigo (Campaña de 1987)”. Revista Castrelos 5-6, pp. 41-70.

1994-95 “Cerámicas indígenas y romanas finas del Castro de Vigo (Campaña de 1988)”, Revista Castrelos 7-8, pp. 97-116.

1997 Apuntes sobre arqueología viguesa: de la prehistoria a la Edad Media en el Val do Fragoso”. En Prensa. Boletín del Instituto de Estudios Vigueses. Vigo.

LÓPEZ CUEVILLAS, F.

1953 La civilización céltica en Galicia. Santiago

1958. “Cerámicas inéditas del Castro de Vigo”. Cuadernos de Estudios Gallegos. XIII, fasc. 39. pp. 321-328.

1973. “Prehistoria”, Historia de Galia, Vol. III, Buenos Aires.

1993 “Prehistoria de Melide”, en Terra de Melide, Compostela; pp. 31-134.

LOSADA DIÉGUEZ, A., LÓPEZ CUEVILLAS, F. e FILGUEIRA VALVERDE, J.

1955 “Informe sobre el Castro de Vigo”. El Museo de Pontevedra, IX pp. 46-54. Pontevedra.

LUZÓN NOGUÉ, J. Mª; SÁNCHEZ-PALENCIA RAMOS, F.J. et alii.

1980 El Caurel. E.A.E., 110. Ministerio de Cultura. Madrid.

MARTINS, M.

1990 O povoamento protohistórico e a romanizaçao da bacia do curso médio do Cávado. Cadernos de Arqueología/Monografías, 5. Universidade do Minho. Braga.

MONTEAGUDO, L.

1945. “La cerámica castreña de la comarca de Vigo”. Archivo español de arqueología, 18, pp. 237-249.

NAVEIRO LÓPEZ, J. L.

1991 El comercio antiguo en el N.W. peninsular. Lectura histórica del registro arqueológico. Monografías Urxentes do Museu, 5. Museu Arqueolóxico. A Coruña.

PARCERO OUBIÑA, C.

1995 “Aproximación al espacio social en el mundo castreño”. XXII Congreso Nacional de Arqueología, (Vigo, 1993). Vigo, pp. 185-188.

PEÑA SANTOS, A. de la

1992ª “El primer milenio a. C. en el área gallega: Génesis y desarrollo del mundo castreño a la luz de la arqueología”, en ALMAGRO GORBEA y RUIZ ZAPATERO (De): Paleo etnología de la Península Ibérica. Complutum, 2-3. Madrid; pp. 373-394.

1992b Castro de Torroso (Mos, Pontevedra). Síntesis de las memorias de las campañas de excavaciones 1984-1990. Arqueoloxía/Memorias, 11. Xunta de Galicia. Santiago

POMBO MOSQUERA, X. A.

1993 “Os castros nas terras deVilalba”, en Galicia da romanidade á xermanización. Problemas históricos e culturais (Santiago, 1992). Museo do Pobo Galego. Santiago; pp. 177-190.

REY CASTIÑEIRA, J.

1990-91 “Cerámicas indígenas de los castros costeros de la Galicia occidental: Rías Bajas. Valoración dentro del contexto general de la cultura castreña”. Castrelos, 3-4. Vigo; pp. 141-163.

1995 “Cuestiones de tipo territorial en la cultura castreña”. XXII Congeso Nacional de Arqueología (Vigo, 1993). Vigo; pp. 165-171.

RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, T.

1991 La proyección ideológica en el espacio: análisis de los poblados fortificados protohistóricos de Tierra Seca (El Bierzo). Trabajo de investigación de 3º ciclo, inédito. Universidade de Santiago de Compostela.

RODRÍGUEZ LÓPEZ, C. M. ; FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, C. y RAMIL REGO, P

1993 “El aprovechamiento del medio natural en la cultura castreña del Noroeste Peninsular”. 1º Congresso de Arqueología Peninsular, vol I (T.A.E., 33, fasc. 1-2). Porto; pp. 285-305

RODRÍGUEZ SEOANE M.C. y DÍAZ ÁLVAREZ P.

1973. “Noticias de prehistoria entorno a Vigo y su Ría”. Caixa de Aforros de Vigo.

RODRÍGUEZ SOBRAL, J. M. y DOMÍNGUEZ PÉREZ, M.

1993 “Vigo, rutas arqueológicas”. Datos nº 4. Concello de Vigo.

ROMERO MASÍA, A.

1980 “Asentamentos castrexos costeiros no Norde de Galizia”. Gallaecia, 6. Santiago; pp. 61-80.

SOUTO, X. M.

1995 “Vigo: Problemas xeográficos e coñecemento da nosa realidade”. Boletín del Instituto de estudios Vigueses, Tomo I. 1995. Pp. 9-28, Vigo.

TABOADA LEAL, N.

1840 “Descripción topográfica-histórica de la ciudad de Vigo, su Ría y alrededores”. Santiago.

VÁZQUEZ VARELA, J. M.

1975 “Estudio del conchero protohistórico de las islas Cíes. Vigo”. I Jornadas de Metodología Aplicada de las Ciencias Históricas, vol. I. Santiago, pp. 291-295.

1983 “La territorialidad de la cultura castreña: una pimera apoximación metodológica”. II Seminario de Arqueología del Noroeste Peninsular (Santiago, 1980). Madrid; pp. 95-102.

1993-94 “El cultivo del mijo, (Panicum Miliaceum, L.) En la cultura castreña del Noroeste de la Península Ibérica”. Cuadernos de Estudios Galegos, Tomo XLI, Fasc. 106. Santiago.

VÁZQUEZ VARELA, J. M. y POMBO MOSQUERA, X.A.

1991a “A economía castrexa no N.O. de A Terra Chá (Lugo)”, en QUEIROGAe DINIS (Eds.): Paleoecología e Arqueología, ii. Vila Nova de Famaliçao. Pp. 191-200.

1991b “A recolleita de landras na Protohistoria de Galicia”, en QUEIROGA E DINIS (Eds): Paleoecología e Arqeuología, II. Vila Nova de Famaliçao; pp. 121-127.

VÁZQUEZ VARELA, J. M. y VIDAL ROMANÍ, R.

1975 “Prospecciones arqueológicas en el castro de Nostián: estudio petrológico”. I Jornadas de Metodología Aplicada de las Ciencias Históricas, vol. I. Santiago; pp. 59-63.

VÁZQUEZ, J.M.; URGORRI, V. y TRONCOSO, J. S.

1993 “El marisqueo en la cultura castreña de Galicia”, en Galicia da romanidade á xermanización. Problemas históricos e culturais. Museo do Pobo Galego. Santiago; pp. 101-112.

XUSTO RODRÍGUEZ, M.

1989-90 “Área de visión, topografía e territorialidade: o mundo dos castros”. Boletín Auriense, vol XVII-XIX. Ourense; pp. 23-30.

NOTAS SOBRE LOS CASTROS DE VIGO ( V )

Distribución de los castros por parroquias.

Los 27 castros mencionados anteriormente se distribuyen por la superficie del valle, encuadrándose en sus parroquias, así las parroquias que poseen castros son un total de 15, que mencionamos a continuación: Valadares, Saians, Coruxo, Matamá, Comesaña, Bembrive, Castrelos, Navia, Alcabre, Coia, Cabral, Vigo, Candeán, Teis y Oia.

Vemos que esta distribución se hace claramente hacia el Valle, es decir, que los castros que más abundan son los situados en los aledaños del Valle del Fragoso. De este modo es lógico que las parroquias que más castros tengan sean las situadas en el valle o las inmediaciones del mismo, decreciendo el número de estos en las parroquias del interior, las cuales son mucho más montañosas y ofrecen menos recursos de subsistencia. De las parroquias existentes en Vigo, únicamente en 15 de ellas existe uno o más yacimientos de época castreña. Así en las parroquias de Zamanes, Sárdoma, Freixeiro, y Lavadores, no existen yacimientos de estas características. Destaca el caso de Zamanes que pese a tener una amplia superficie y actuar de zona limítrofe entre dos valles tan importantes como el Fragoso y Miñor, no se ha descubierto hasta el momento ningún asentamiento perteneciente a esta época.

Por parroquias, la que mayor número de yacimientos presenta es la de Coruxo, con un total de 4, de los cuales tres están situados en zona que podríamos denominar de valle, estando uno solo instalado en las alturas que actúan de divisoria con el Concello de Nigrán. Este último se ubica a una altura de 454 metros sobre el nivel del mar, los otros tres no superan los 100 metros de altitud, quedando emplazados pues en pleno valle. El posterior estudio de visibilidad y de pendientes nos podrán revelar si éstos son castro con vocación eminentemente agrícola o no.

A la parroquia de Coruxo le siguen las del Candeán, Valadares y Teis con tres castros cada una de ellas. Candeán tiene tres castros todos ellos superan los 200 metros sobre el nivel del mar, pero esto es obvio ya que la parroquia es una de las de mayor altitud del valle, todos ellos presentan grandes pendientes, por lo que su ubicación parece que no sería la propia de un castro de vocación agrícola y sí pudiera ser de control de territorio o bien volcado hacia la ganadería. Por otra parte las defensas de estos castros parecen más acentuadas que las de los situados en el fondo del valle, por lo que pudiéramos suponer un emplazamiento premeditado con fines a vigilar una amplia zona del valle.

Estos castros son el de Plaza dos Mouros, con 215 metros, Freiría con 370 y A Madróa con 325.

Otra de las parroquias con mayor densidad de castros es la de Valadares, si antes mencionamos que la de Candeán estaba ubicada en una de las zonas más altas del municipio, es en la de Valadares donde se dan las mayores alturas, así tenemos que uno de los castros está a 504 metros sobre el nivel del mar, además su situación en una cima y rodeado de fortísimas pendientes, lo hacen casi inexpugnable, es uno de los montes que se ve desde un mayor número de sitios debido evidentemente a su gran altura, en concreto se trata del castro del Monte Alba, muy alterado en la actualidad, en cuanto a los otros dos diremos que se sitúan en los bordes del valle, con lo que es muy posible que sean castros agrícolas, estos extremos, claro está no se pueden desvelar sin una excavación que nos aclare ciertas incógnitas, como pueden ser la cronología, defensas, distribución del espacio interior, etc...

Los otros dos castros existentes en la parroquia de Valadares, son los de Barrocas, situado en el sitio de Barrocas a una altura de 277 metros sobre el nivel del mar de los tres existentes en la parroquia que nos ocupa, es éste el que está a menor altura , situado en una ladera, muy cerca del valle, y el denominado “Os Castros”, ubicado en el lugar de Sobreira, se puede observar también en él, un emplazamiento en ladera, con vistas al aprovechamiento de las tierras de labradío que se extienden a sus pies. Se ubica a una altura de 295 metros sobre el nivel del mar.

La parroquia de Coruxo cuenta con cuatro castros dentro de sus límites territoriales, estos son : Outeiro do castro, situado a 100 metros sobre el nivel del mar, Monte de San Lorenzo, a 85 metros sobre el nivel del mar, y o Penedo situado a 92 metros. Como vemos aquí los castros existentes en la parroquia de Coruxo no sobrepasan los 100 metros de altura, lo cual podría parecernos normal, peros si tenemos en cuenta que dicho territorio es uno de los más bajos del Val del Fragoso, nos damos cuenta de que a todas luces son ubicaciones premeditadas y en cierta altura, con lo que respecta al resto del valle. La excepción a lo que decimos lo constituye el castro de O Chouzo, ubicado en las alturas de los montes do Mauso, lindantes con el ayuntamiento de Nigrán

En Teis, también existen otros tres castros, uno de ellos, el de Torres de Padín, es especialmente interesante por la secuencia estratigráfica que ofrece, así tenemos sus inicios en el bronce final, una fase de ocupación castreña y por fin la torre medieval, es posible que existan más niveles, pero de momento no se han detectado y esto quedaría supeditado a futuras intervenciones arqueológicas en el mismo. Se ubica este castro de torres de Padín en un alto, muy bien defendido, y que domina todo el valle del Fragoso así como tierras del vecino ayuntamiento de Redondela, su altura es de 109 metros. Tendríamos también el segundo castro más grande del Valle del Fragoso, que es el de la Guía, ubicado estratégicamente en la cima y ladera del monte de la Guía, sin duda las actividades de este castro vendrían orientadas al mar principalmente, incluso cabe la posibilidad de que existiese un segundo puerto comercial situado aquí. Su altura es de 122 metros sobre el nivel del mar. El tercer castro es el de O Sino, que se sitúa a una altura de74 metros sobre el nivel del mar en un coto, se sitúa en pleno valle y pegado a la ría.

Además de las parroquias que presentan dos o menos castros, hay algunas en las que todavía no se ha detectado ninguno, como son Sárdoma, Lavadores, Freixeiro, Lavadores, Zamáns, Sampayo. En los casos de Lavadores, Sárdoma, Freixeiro y Sampayo, esta ausencia se explica ya que son parroquias de reciente creación y con pequeña superficie, en el caso de Zamanes es diferente y posiblemente obedezca a que está situada a gran altura, pero en sus cercanías, ya en tierras de ayuntamientos vecinos se detectan diversos asentamientos castreños, claramente orientados hacia las tierras de laboreo del valle Miñor.

VISIBILIDAD

En este apartado se hará un análisis de la visibilidad de los diferentes castros desde dos facetas diferentes, en primer lugar la visibilidad existente en 1 km a la redonda, que es el territorio que define económicamente al castro, ya que sería en esta extensión donde se ubicarían las tierras de labor del mismo. Por otro lado se comprobará la visibilidad entre los propios castros.

Por lo que respecta a la visibilidad en el entorno de 1 km., tenemos que en la zona de Teis, la visibilidad de 1 km se efectúa en los casos del castro de A Guía y el de Torres de Padín sobre el mar y tierras de Redondela respectivamente, el Castro de O Sino, ejerce un control visual sobre las tierras de labor que se extienden a los pies del castro de A Guía, dominando el paso natural hacia Redondela, que es por donde pasa actualmente la autopista, control que también lo ejerce el yacimiento de Torres de Padín. Continuando hacia el Este, nos encontramos con el Castro de A Madroa, perteneciente a la parroquia de Candeán, el cual domina los accesos al valle, no poseyendo tierras de valle en sus dominios, no obstante a sus espaldas sí existe una altiplanicie susceptible de cultivar con especies menos exigentes en suelos. Siguiendo en nuestro recorrido, nos encontramos con los castros de Freiría y Plaza dos Mouros en Candeán, y el de O Castro en Cabral, éstos centran su visibilidad en las tierras de labor existentes en la cabecera del valle, donde las tierras no son tan pesadas de trabajar. Más adelante nos encontramos con Castro Castriño y Castro de Arieiro, éstos se sitúan entre dos ríos, donde existen tierras fértiles susceptibles de ser cultivadas, pero alejadas y separadas por los ríos del valle del Fragoso; en Bembrive nos encontramos con el Monte do Castro, ubicado también entre dos ríos que definen perfectamente su territorio, sirviéndole al castro de defensa natural y de límite natural, hacia el norte, sur y Oeste, haciendo en este caso de límite por el Este, las alturas ubicadas a sus espaldas, su visibilidad la ejerce directamente sobre el territorio comprendido entre ambos ríos, se trata de una zona muy bien irrigada y con la peculiaridad de que no tiene demasiada pendiente, así vemos cómo este castro controla perfectamente todas sus tierras de laboreo que se situarían inmediatamente a sus pies. Ya en el centro del valle, se sitúa el Monte do Castro, más conocido como Castro de Vigo, ejerce un dominio absoluto sobre el centro del Valle, además de las tierras de labor existentes en sus cercanías, creemos que debido a su enorme extensión (17 hectáreas), su dedicación más que agropecuaria podría obedecer a razones estratégicas y sobre todo relacionadas con el comercio marítimo, actuando de este modo como centro de redistribución hacia el resto de los castros del Fragoso e incluso de otras zonas más al interior, esto que decimos se comprueba con las excavaciones a que fue sometido este yacimiento, dando como resultado una gran cantidad de material de importación, desde cerámicas de lujo hasta productos inexistentes en esta zona de la Península Ibérica como pueden ser, vino, aceite, etc.. Decididamente el Castro de Vigo, vive volcado hacia el mar, sobre todo en lo tocante al aspecto comercial. Si seguimos la línea de costa nos encontramos hacia el Oeste el Castro Castriño, en la parroquia de Coia, también se sitúa en un promontorio al borde del mar, aunque existen tierras de labor en sus inmediaciones, la aparición en las aguas de la zona de ánforas romanas, nos hace sospechar una relación directa con el comercio, además de la lógica actividad pesquera y/o marisquera. Dos kilómetros más hacia el Oeste, está el castro de As Cruces, en Alcabre, situado también al borde del mar, con tierras de cultivo a sus pies. Más adelante tenemos el Castro de Toralla, ubicado en una isla, con lo que las tareas agrícolas tendrían menos importancia que en otros yacimientos ubicados en el valle, éste es uno de los castros más excavados del Fragoso, de los datos obtenidos durante sucesivas excavaciones podemos extraer que hay una gran presencia de materiales de importación ya desde muy antiguo. Por otra parte, vemos cómo la visibilidad del mismo se orienta hacia el mar, que sin duda configuró el medio de vida de esta gente, bien mediante la pesca, bien mediante el comercio o una conjunción de ambos.

Ya en zonas más al interior nos encontramos con el Castro de Redondo en Navia, ubicado en pleno valle, con lo que el acceso a las tierras de cultivo lo tiene garantizado, por otra parte la visibilidad es amplia sobre toda la llanura litoral, controlando incluso la desembocadura del principal río del Valle, el Lagares. A espaldas de este castro, se encuentran en la parroquia de Coruxo tres castros, todos ellos muy cercanos entre sí, apenas distan 1 kilómetro, estos son los de San Lorenzo, O Penedo y Outeiro do Castro, todos ellos tienen orientada su visibilidad de 1 km hacia las tierras fértiles de la desembocadura del Lagares, junto con estos tres, deberíamos incluir el castro de Casás en Comesaña que compartiría tierras con ellos debido a su cercanía. Ya más hacia el centro están el castro de Beirán (Matamá), O Castro (Matamá) y O Piricoto (Castrelos), que dominan tierras del valle del Fragoso en el caso de O Piricoto y O Castro y tierras de un valle interior en el caso del Castro de Beirán. Ya en la parroquia de Valadares, una de las más orientales y de mayor altitud del ayuntamiento de Vigo, tenemos los castros de Sobreira, Eira dos Mouros y Alba, los dos primeros dominan visualmente las tieras de un valle interior por donde discurre uno de los múltiples afluentes del Lagares, en cuanto al Castro del Alba, carece de tierras productivas en sus inmediaciones, pudiendo tratarse en este caso de un castro dedicado a la vigilancia de los pasos naturales por esta zona del Valle del Fragoso. Los dos castros restantes el de Estea y el de O Chouzo, están vinculados, el primero a las tierras de labor existentes en el litoral y el segundo al igual que el castro del Alba, se vincularía a labores de vigilancia.

TERRITORIALIDAD

Aunque sabemos que este tipo de análisis son muy arriesgados, sobre todo si se carecen de datos arqueológicos que los apoyen, creemos, que a la vista de la distribución de los castros por la superficie del valle, hay ciertos asentamientos, que de ser coetáneos, tendrían que de uno u otro modo estar vinculados, dado que sus respectivos territorios productivos entran en contacto. Por otra parte se observan en el mapa zonas en blanco que podrían estar indicando fronteras, así como la presencia de ríos podrían ser también fronteras.

Así pues distinguimos los siguientes grupos:

1) La Guía, Torres de Padín, O Sino, A Madroa

2) Freiría, Plaza dos Mouros y O Crasto

3) Arieiro y Castro Castriño (Cabral)

4) Castro de Xestoso (Bembrive)

5) Alba, Sobreira y Barrocas

6) Piricoto, O Castro y Beirán

7) O Penedo, San Lorenzo, Outeiro do Castro y Castro de Casás

8) Castro de Vigo, Castro Castriño (Coia), As Cruces y Castro O Redondo.

Quedarían desvinculados el Castro de O Chouzo, el Castro de Estea y el de la Isla de Toralla, aunque en el caso de o Chouzo y Estea habría que compararlos con los del vecino Valle de Miñor, con los que posiblemente formen territorios
Nota.- En la fotografía superior, parorámica general que se divisa desde el castro del Monte Alba, siendo visibles los castros de las islas Cies y Toralla

domingo, 13 de julio de 2008

NOTAS SOBRE LOS CASTROS DE VIGO ( IV )

De los datos ofrecidos hasta ahora se desprenden varias cosas bastante obvias. La primera de ellas es que el valle del Fragoso, es una zona con gran densidad de castros, en total 27, los cuales se reparten por distintas parroquias.

Otra de las cosas que se desprenden, es que la gran mayoría de ellos se asientan en las inmediaciones del valle, en cotas inferiores a los 200 metros sobre el nivel del mar y en zonas con vías de comunicación importantes cerca de ellos.

GENERALIDADES

Según las interpretaciones sobre la economía castreña llevadas a cabo por distintos autores, los datos aportados por los cada vez más abundantes análisis polínicos que se han hecho en distintos castros y las controvertidas fuentes clásicas, la agricultura sería el principal medio de vida durante la época castreña, esta agricultura hay que complementarla con algo de ganadería así como caza, pesca, marisqueo, recolección,... que aportarían una nueva gama de nutrientes a la dieta de los habitantes de los castros. Posiblemente ya en época de mayor contacto con el mundo romano, su dieta se completaría con nuevos productos de importación romanos, originando, el cada vez mayor contacto con éstos, que se de paso a nuevos modos de subsistencia basados en la economía de mercado.

Del resultado de excavaciones y análisis polínicos, se deduce que los productos cultivados principalmente son trigo, centeno, mijo y una serie de leguminosas que complementan a éstos. Hay que señalar que tanto el trigo como el centeno son cereales de invierno y el mijo lo es de verano, por otra parte el mijo necesita de terrenos de fondo de valle, pesados y profundos, frente al trigo y centeno que se pueden cultivar en terrenos menos favorecidos pero también más fáciles de cultivar.

En su estudio sobre el mijo, el profesor Vázquez Varela, señala que éste es un cereal que se desarrolla rápidamente, ya que en dos meses está listo para su recolección, su siembra se hace en verano (julio o agosto) y se recoge a finales del mismo (septiembre ú octubre), dejándose descansar la tierra dos meses y procediendo a la siembra de los cereales de invierno. Otra de las ventajas de este cereal es su gran productividad que iguala e incluso supera a la del trigo y cebada. Por otra parte es un cultivo que no precisa ningún cuidado con lo que es una fuente de alimentación en la cual hay que invertir poco tiempo. También señala su gran adaptabilidad a las rotaciones. Su aprovechamiento es íntegro, se utiliza el grano y la paja, tanto para consumo humano como para el consumo animal. Según informantes actuales, las gallinas alimentadas con grano de mijo, producen más huevos, y las vacas que se alimentan con paja de mijo dan más leche, vemos así una posible vinculación casi mágica de este cereal con el ganado. Por otra parte, este cereal está presente en los yacimientos castreños más antiguos como Penalba, datándose en el siglo VI a.C.

Como es lógico y además lo constatan tanto las fuentes como el registro arqueológico, el complemento a la agricultura, viene dado por la ganadería, en este sentido, ésta estaría constituida por especies como bóvidos, ovicápridos y suidos, sirviendo los primeros como suministradores de leche y fuerza de trabajo y los segundos como fuente de alimentación principalmente. Para completar el cuadro queda por analizar la importancia de otras actividades como caza, pesca recolección, más difíciles de especificar en términos cuantitativos.

DISTRIBUCIÓN EN ALTURAS

A continuación ofrecemos una tabla en la que se pueden ver las alturas de los diferentes castros existentes en el término municipal de Vigo:

Nombre

Parroquia

Altura

Castro de Toralla

Oia

21

As Cruces

Alcabre

23

Castro Castriño

Coia

33

Castro O Redondo

Navia

44

O Castro

Matamá

50

O Sino

Teis

74

Monte de S. Lorenzo

Coruxo

85

O Penedo

Coruxo

92

Outeiro do Castro

Coruxo

100

Monte do Castro

Comesaña

100

O Piricoto

Castrelos

103

Torres de Padín

Teis

109

Castro do Monte da Guía

Teis

122

Monte do Castro

Vigo

147

Castro de Estea

Saians

165

Castro de Beirán

Matamá

200

Plaza dos Mouros

Candeán

215

Castro Castriño

Cabral

219

Castro de Arieiro

Bembrive

235

Monte do Castro

Bembrive

264

Castro de Barrocas

Valladares

277

Os Castros

Valladares

280

O Crasto

Cabral

306

Castro de A Madroa

Candeán

325

Castro de Freiría

Candeán

370

Castro Chouzo

Coruxo

454

Castro del Alba

Valladares

504

Como se puede observar 16 de los 27 castros tienen una altura menor de 200 metros y si ampliamos a 300 metros la cota, el número asciende a 22.

Un hecho significativo es el que se observa claramente (salvo en un caso), en las parroquias con mayor altura, que son las de Valladares, Bembrive, Candeán y Cabral, todas ellas situadas en los montes que funcionan como divisorias entre ayuntamientos, los castros actúan como atalayas, controlando los accesos al valle y las tierras de cultivo existentes en el mismo, quedando desvinculados en este caso del acceso directo al valle del Fragoso, aunque posiblemente practicasen algún otro tipo de cultivo. Caso aparte merece el castro de O Chouzo, en la parroquia de Coruxo, el cual se ubica en una altura de 454 metros, a caballo entre los valles del Fragoso y el Miñor, muy posiblemente dedicado a labores de control y vigilancia.

Como vemos, las alturas de los castros oscilan bastante, van desde los de menos de 100 metros, hasta los que sobrepasan los 500, esto es debido, como es lógico a la altura media de la parroquia donde se ubican, así tenemos que en parroquias ubicadas en el valle, las alturas casi nunca suben de 100 metros, sin embargo en las parroquias del interior suelen sobrepasar los 200 y 300 metros, para ver esto de un modo más expresivo haremos una distribución por intervalos de alturas.

De 0 a 100 metros existen 10 castros

De 100 a 200 metros existen 6 castros

De 200 a 300 metros existen 6 castros

De 300 a 400 metros existen 3 castros

De 400 hasta 600 existen 2 castros

Vemos como los castros que se vinculan directamente con el valle son mayoría, es decir aquellos que van desde los 0 hasta los 200 metros, en total serían 16, más de la mitad de los castros existentes en Vigo, esto es bastante significativo, en cuanto está demostrando una vocación predominantemente agrícola y vinculada al valle, el cual posee tierras de cultivo profundas y pesadas con gran cantidad de nutrientes, pero también difíciles de trabajar, en las cuales se hace necesario el concurso de la ganadería bovina para el cultivo de las mismas, esto se verá reforzado en cuanto procedamos al estudio del suelo que rodea a los diferentes yacimientos, ahí comprobaremos que la mayoría de éstos son zonas extremadamente aptas para labores agropecuarias.

En cuanto a las otras distribuciones en altura, existen varios de los asentamientos que obedecen más a una estrategia de control del territorio que de obtención de recursos, ya que aquí sería muy difícil dado el limitado espacio disponible, por una parte, y por otra el complicado o nulo acceso a zonas de producción agropecuaria. Este sería el caso del Castro del Alba y el del Chouzo, por poner un ejemplo.

Por lo que respecta a los otros castros que superan los 200 metros, su ubicación obedece a un acceso a tierras, no tan productivas como las del valle, pero que sí permiten el cultivo del suficiente número de especies para la subsistencia, así como ya dijimos están el trigo y el centeno que no son demasiado exigentes en cuanto al terreno de cultivo, así como leguminosas y otro tipo de vegetales. De hecho como se puede comprobar, en la parroquia de Candeán, los castros existentes no tienen sus expectativas puestas en la parte baja del valle, sino que lo hacen hacia la cabecera del mismo, donde existen excelentes tierras de cultivo. La altitud y la pendiente son dos poderosos condicionantes de la elección de un emplazamiento castreño y sobre todo la conjunción de ambos, es decir cuanto crecen a la par la altitud y las pendientes los castros dejan de abundar, este dato lo podemos constatar observando el mapa del valle del Fragoso, donde vemos amplias zonas vacías que tienen una gran altitud y una gran pendiente (curvas de nivel muy juntas). Por contra, en las zonas medias y bajas con pendientes suaves y cercanas a los valles, es donde mayor número de asentamientos castreños se pueden recoger. Esto sin duda obedece a factores meramente económicos, vemos que en zonas altas y con pendientes la actividad agropecuaria quedaría tremendamente restringida. Así pues en el caso de aquellos castros situados en tales condiciones, su motivación hay que buscarla en otros aspectos, no sólo económicos sino estratégicos, como pueden ser la vigilancia de las vías de comunicación, que puedan discurrir por el valle o sus inmediaciones.

La estrecha vinculación de los castros con las zonas de elevada potencialidad agrícola es evidente en el valle del Fragoso, vemos cómo la mayoría de los castros existentes en nuestra zona, están situados en las orillas del valle, controlando directamente las tierras de laboreo así como el acceso a las mismas, y careciendo de visibilidad hacia otras zonas, ya que a sus espaldas las alturas no los dejan ver.

Por otra parte podemos observar cómo en el valle del Fragoso, además del condicionante económico de las tierras de labor, es una constante en su economía el mar y sobre todo el comercio a través de esta importante vía de comunicación de personas y materiales.

Según diversos autores, es el espacio de radio de 1 km, el que mejor puede definir el territorio de explotación económica de un castro, es aquí donde se concentran las mejores tierras, donde están las visibilidades desde el asentamiento así como los materiales utilizados en la construcción de los poblados.

Los recursos agropecuarios existentes en 1 km de radio, hay que entenderlos, no solamente como tierras de cultivo, sino también como pastos para el ganado e incluso recursos forestales, que aprovisionarían de madera a los poblados, de ahí que la mayoría de ellos se ubiquen en la zona intermedia entre las tierras de cultivo y el bosque.

De todos modos hay que tener muy presente que no todos los castros fueron construidos coetáneamente, y que lo que para una época pudo suponer un condicionante de primer orden a la hora de elegir un emplazamiento para otras épocas dicho factor podría llegar a ser irrelevante.

Las características del patrón de asentamiento de la mayoría de los castros del valle del Fragoso se pueden resumir en :

Buenas condiciones naturales de defensa

Emplazamiento con posición estratégica privilegiada, la cual domina un amplio territorio circundante, por el cual pasan vías de comunicación.

Tamaño muy grande, en el caso de los castros que perviven durante la romanización.

Nota.- En la fotografía, vista general del castro de Vigo, dominando la ciudad, desde el castro de A Guía (Teis)