jueves, 19 de noviembre de 2009

EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA VILLA ROMANA DE TORALLA. IMÁGENES INÉDITAS COMENTADAS (IX)

INTERCAMBIOS COMERCIALES: VIDRIO Y MONEDAS
No hay duda, que unos de los elementos que nos sirve de gran ayuda oara determinar los intercambios de productos de un yacimientos con otros de diversos luagres geográficos ( más o menos cercanos al que nos ocupa), son, por un lado, las monedas que se encuentran y por el otro, los vidrios localizados, que nos están hablando de un comercio de unos objetos de alto poder adquisitivo de los habitantes del hábitat en que se documenten.
Ciñéndonos a la campaña de 1992-1994, podemos apuntar los siguientes datos sobre el tema:
Respecto a los monedas que se pudieron localizar, podemos decir que fueron un total de 17 monedas pertenecientes a los denominados "pequeños y medianos bronces ", que cronologicamente podemos situar en el siglo IV después de Jesucristo. Según el estudio realizado sobre estas monedas, de la arqueóloga y también amiga, Dña. Milagros Cavada Nieto y presentado al XXII Congreso Nacional de Arqueología, celebrado en nuestra ciudad en 1995, se documentan monedas de la época de Constantino I, Constantino II, Constante y Valente, siendo las cecas (lugar de acuñación) más representadas las de Arlés y Nicodemina con dos ejemplares cada una, mientras que Aquileia, Lugdunum y Roma, sólo hay una, las demás son inclasificables. El total de moendas estudiadas fueron 8, por el mal estado de conservación que poseían las restantes y su cronología se centra, como dijimos anteriormente, en el siglo IV despúes de Jesucristo. En la fotografía que acompaña este texto, en la parte superior, podemos ver cuatro de estos pequeños y medianos bronce tardorromanos.
Los vidrios hallados en la villa de Toralla, a pesar de su fragmentación, permiten recontruir un conjunto que por su variedad funcional y calidad, consideramos muy interesantes. Tipologicamente se pueden diferenciar una amplia gama de recipientes como son: tazas troncocónicas y cilíndricas, cuncos, platos, vasos, frascos, copas, jarras, alguna perteneciente a la forma Isings 67 a y una amplia gama de botellas entre las cuales están presentes las botellas Isings 50. Destacaríamos como novedoso la presencia de un pié de lámpara y de un plato con decoración tallada.
Hay un predominio de vidrios transparentes, aunque se documentan algunos traslícidos y en una mínima proporción, los opacos. Los colores más frecuentes son los verdes, esmeralda y aceituna, seguidos de los incoloros y los de color ámbar. La mayoría presentan estrías, burbujas, picados y múltiples irisaciones.
Abundan los vidrios con paredes muy delgadas que no alcanzan 1 miligramo de grosor, aunque la mayoría acostumbra a rebasar ese espesor y algunos, sobre todo en vidrios de botellas, alcanzan los 5 miligramos.
Se documentan varios vidrios decorados mediante la ténica de abrasión o con baquetones, molduras o hilos de color verde o blanco. Los temas decorativos predominantes son los geométricos a base de líneas paralelas, ángulos, grecas y espirales. Una pieza excepcional, es el fondo de un plato con decoración tallada, en cuya cara exterior presenta una decoración en la que se puede ver un personaje masculino desnudo con los detalles anatómicos bien marcados y que lleva colgado en su mano derecha una especie de cesto en forma de triángulo equilátero. La decoración se complementa con motivos geométricos esquemáticos. En la fotografía inferior, podemos ver varios tipos de estos vidrios aparecidos en la villa.
Creemos que estamos ante la producción de un taller de vidrios local, fenómenos muy frecuente en esta época tardía, con la excepción del plato ya citado que pensamos, dada su calidad y por tratarse de un vidrio tallado que puede corrresponder a una pieza importada. Lo mismo podemos decir, del macizo pié de lámpara de fuerte color azul oscuro, cuyo paralelismo más inmediato que tenemos es de otra pieza similar encontrada en Constantinopla.
Resulta muy difícil, por ser un conjunto de vidrios de producción local y por su fragmentación, como dijimos anteriormente, establecer una cronología exacta para estas piezas. No obtante tenemos datos suficientes paea pensar que se trata de una producción tardía. La mayoría se pueden fechar en el siglo IV después de Jesucristo, con posibles pervivencias en el siglo siguiente, aunque hay vidrios cuya fabricación puede ser del siglo II después de Jesucristo. Para los interesados en el tema, recomiendo la lectura del trabajo que ha realizado sobre los vidrios de la villa de Toralla, del profesor y amigo, D. Manuel Caamaño Gesto, de la Universidade de santiago de Compostela

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