LA "KOINE" ATLÁNTICA DE LA FASE DE ESPLENDOR DE LA EDAD DEL BRONCE
Como parece suceder en el resto de la fachada atlántica, la etapa de recesión semeja comenzar a desaparecer a finales del II Milenio (Champion, Gamble, Shennan y Whittle, 1988: 366; Wells, 1989: 175), cuando se inicia una nueva fase de intensificación económica que en su máximo apogeo llegará a superar el nivel alcanzado a comienzos de la Metalurgia, y en cuya base estará, una vez más, un fuerte desarrollo agrario con la introducción de nuevos cultivos y mejoras tecnológicas que se traducirán en la ocupación de terrenos de mayor potencialidad para cuya explotación parece imprescindible el concurso del barbecho, del abonado y del uso de arados de tracción animal (Thomas, 1987: 405-430). De todo ello se derivaría una rápida recuperación de la tendencia al sedentarismo -que cristalizará poco después con la implantación del fenómeno castrexo-, una mayor presión sobre las tierras cultivables, y el consiguiente reforzamiento de la diferenciación social con el incremento de la especialización y la reaparición de las élites sustentadas en el conocimiento ritual y en el control del trabajo del suelo y de los intercambios a larga distancia (Ruiz-Gálvez, 1992: 219-251).
El dinamismo de esta etapa de expansión se comprueba en la existencia de cada vez más frecuentes contactos con los restantes focos adámicos y, lo que ahora nos interesa más, con el Mediterráneo (Karageorghis y Lo Schiavo, 1989: 15-29; Aubert, 1992: 14-15). Los circuitos atlánticos de intercambio no sólo parecen interconectar las diferentes áreas productoras y/o distribuidoras de la Europa atlántica sino que las pondrán en relación con los países mediterráneos. Producciones adámicas alcanzarán el Mediterráneo Central (Lo Schiavo, 1991: 213-226), de donde seguramente se habrán recibido no sólo mercancías muy concretas como la espada tipo Sa-Idda del río Ulla (Ruiz-Gálvez, 1980: 100-101; 1984: 57), sino buena cantidad de novedades de carácter tecnológico y, sobre todo, ideológico, que tendrán enorme trascendencia social: nuevos cultivos, nuevos conocimientos tecnológicos, nuevas formas de diferenciación social, nuevos modelos de armamento, nuevas formas de vestido y de adorno personal, nuevos tipos de transporte, nuevas formas de exhibición del poder, de información y de conocimiento, que serán asimiladas en mayor o menor grado por las élites locales y actuarán como dinamizadores de una sociedad en plena expansión (Burgess, 1991: 25-45; Ruiz-Gálvez, 1991: 277-306; 1992: 219-251). Algunos objetos de carácter eventualmente "cultural" presentes en el magnífico depósito de fundidor de Baioes en Viseu, Portugal (Silva,A.C.F.da; Silva,C.T.da y Lópes,A.B., 1984: 75-95), parecen ratificar esta impresión.
El fruto más espectacular de esta etapa de apertura al exterior y de llegada de influencias mediterráneas -de manera primordial las mejoras agrícolas- será la cristalización del proceso de sedentarización iniciado en la primera fase de la Metalurgia con la definitiva fijación de las comunidades galaicas al territorio y la lenta implantación del fenómeno castreño (Peña Santos, 1992,a: 378; 1992,b: 53; e/p; Bello Diéguez y Peña Santos, 1995: 158), proceso tanto más temprano e intenso cuanto más al sur y hacia la costa, lo que pone bien a las claras la vía de llegada de las influencias que contribuyeron a su desarrollo y contradice totalmente las viejas teorías que consideraban, como no podía ser menos, al mundo castreño galaico como producto de migraciones y/o contactos continentales.
Nota.- En la fotografía superior, joya prehistórica área ( fragmento de pendiente ) del norte de Portugal, con claras influencias orientalizantes
3 comentarios:
¿que es la koiné?
Gracias.
¿que es la koiné?
Gracias.
Muchas gracias por esta entrada, gracias a ella hice una arracada gigante de piedra puede verla en mi Facebook : juan cabeza quiles...no se si recibirá notificación de este comentario
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