En varios comentarios que haremos en este blog, veremos unas imágenes de las excavaciones arqueológicas de la villa romana de Toralla, desde el 1992 al 1994, en las que se3 va a definir la importancia de este yacimiento y sacar a la luz, la mayor parte de este conjunto arqueológico. Con la visión de las fotografías correspondientes, todas realizadas en el momento de la excavación, se comentaran las mismas, aportando datos que nos ayuden a comprender más este interesante yacimiento romano vigués.
Empezamos pues, este recorrido visual comentado, con este breve comentario introductorio, al que seguirán, como ya dijimos, más, en días sucesivos.
LOS 67 SONDEOS ARQUEOLÓGICOS
En 1992, luego de recuperar la titularidad de la denominada "Finca Mirambell" en la que se encuentra la villa romana de Toralla (Oia), se realizarón las primeras excavaciones arqueológicas sistemáticas, que consistieron en la realización de 67 sondeos o catas, de 2 x 2 metros, repartidos por toda la superfcie mecnionada, para poder valorar debidamente la extensión real que ocupaba este yacimiento arqueológico, del que teniamos constancia por diversos restos constructivos y hallazgos arqueológicos, fruto del desenterramiento de parte de la villa por los antiguos habitantes de la finca.
De todos estos sondeos arqueológicos realizados, bajo la dirección del que suscribe estas líneas, podemos decir que muchos fueron totalmente "negativos", mostrándonos zonas totalmente estériles en cuanto a localización de material arqueológico. Los "positivos" correspondieron a los que nos proporcionaron tanto materiales arqueológicos en posición primaria como secundaria, así como estructuras. Dicha distinción, precisa si los restos fueron encontrados "in situ" o procedían de un lugar cercano y a nivel práctico, se diferenciaba basicamente en la cerámicas, si poseían aristas vivas de los fragmentos cerámicos o eran redondeadas.
La extratigrafía que se localizó siempre en los sondeos "positivos" fue la misma:
Un primer nivel revuelto con manto vegetal; luego una duna reciente; el nivel arqueológico, de funcionamiento y abandono de la villa; el paleosuelo; y por último, la roca base o duna base.
Esta secuencia estratigráfica se puede apreciar perfectamente en la imagen que ilustra este comentario: con una buena potencia de profundidad, vemos una primera duna reciente de color blazquecino; sellada por unos cantos rodados tenemos una capa de arena más oscura, luego el paleosuelo y para terminar, la roca base de tonalidad amarillenta. Dicho de otro modo. Vemos perfectamente el suelo primitivo, el nivel en que funcionaba la villa y luego tenemos la duna que cubrió el yacimiento cuando éste ya estaba abandonado y destruído. Como curiosidad mencionar, que al lado de los cantos roados, que corresponderían a l playa primitiva que estaba cerca de la villa, se localizó una moneda romana de bronce del siglo IV después de Jesucristro. Posiblemente una pérdida o descuido involuntario de un habitante de la mansión, que al ser recuperada por nosotros luego de tanto tiempo, nos conecta con la vida cotidiana de ese momento.
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